Amaranta es de esas, de piernas elongadas
y cizaña ponzoñosa,
con ojos tiernos, color ceniza
y tentación en la boca.
De temple fascinante y caminar desenfadado,
de curvas desbordantes e ideas peligrosas.
Amaranta es de esas,
que demandan con arrebatos malcriados
y ofenden para hacer daño.
Con disculpas largas,
como crepúsculos rojos y violetas.
Camina lento, desvergonzada,
con faldas verdes y brisa en la cara.
Amaranta es de esas, de cabellos salvajes
y moral ambigua,
de caderas trémulas y tumbao sabroso.
De esas que nublan pensamientos,
que provocan desaciertos.
Amaranta es de esas, siempre insatisfecha,
siempre despidiéndose,
de lengua de miel y caricias afiladas.
De secretos imposibles y susurros eternos.
Amaranta es de esas, que duele quererlas.
Amaranta es de esas, que duele más no quererlas.
Gustavo Adolfo Maldonado
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