martes

Diagnóstico de Obsesión.


Creo estar obsesionado,

ya no estoy seguro que sea Amor.

Porque me pesas y pesas

y casi siempre en la cabeza.


Me gotea siempre tu idea,

a veces azul, a veces roja, a veces blanca,

entre caminos repetidos

y rugosas sabanas.


No estoy seguro,

pero sospecho,

que no es en el pecho

el artífice de este movimiento.


Así soy y así te quiero.


Te quiero mi princesa,

de cabellos largos y trenzados.

De ubicación cósmica,

muy por encima de las olas y la mar.


Y no miro de cerca,

ni toco más allá de rozar,

no sea que mi atrevimiento

te haga fallar.


Y extraño, no porque te haga hermosa

sino porque te hace no cambiar,

tu sonrisa infantil

y la mirada fugaz.


Así soy y así te sufro.


Ay! Como mata la indiferencia.

¿Por qué no me quieres odiar?

Para darte alas,

que la verdad no pueda tronchar.


No dejes que mi iris

se incendie con tu calma.

Dame los grises malditos,

que no provocan ni furia ni gritos.


Y toco la puerta o la ventana,

con nieve en la frente.

Esperando poder,

el vidrio estallar.


Así soy y así voy.


Tal vez, no lo sé, pero creo

que esto es, ya, ningún Amor.

No es el corazón, sino el pensante,

el que desvaría mi caminar.


Gustavo Maldonado