domingo

Caricias Insuficientes


Así lejana. Me permito tocarte, recorrerte con la mirada.
Son tantos los secretos que nos contamos; yo y tu sombra fugitiva.
Y me pinta los ojos y la lengua; con grises gentiles y brochas en las manos.
Y cuando el peso de la incoherencia flaquea mis rodillas, te suelto
sin reproches ni remordimientos; tu sombra no pesa tanto.

Así cercana. Te respiro, trato de respirarte.
Pero no se abren mis pulmones hundidos en tu tormenta y tu marea.
Salpica tu piel cientos de colores, de pintura aceitosa que resbala en mis sentidos.
Y cuando lo burdo de tu realidad desagrada a mi sentido del olfato, te suelto
sin verguenza ni culpa; mi sombra no pesa tanto.

Son siempre caricias insuficientes las que puedo dar.